martes, 4 de abril de 2017

Talleres para padres





por Beatriz Rey Tilve

El 22 de abril comienzan los Talleres para Padres de Disciplina Positiva en nuestro Gabinete.
Fue curioso el efecto tan dispar que tuvo entre los distintos padres y madres  el anuncio de los talleres. Unos se anotaron tan pronto vieron el cartel, fueron los que se sienten más abrumados por las dificultades que conlleva la paternidad y también los que ya conocían esta filosofía por algún curso que se hubiera realizado en los colegios. Por otra parte, hubo madres y padres que ante la palabra  ‘Disciplina’, decidieron no anotarse. Los que más confianza tenían con la psicóloga, sugirieron que se cambiara el nombre por ‘Crianza’. ¡Espero que ningún padre se anotara esperando que los talleres enseñen una nueva manera de ‘disciplinar con mano dura’!
Para despejar dudas me he decidido a escribir algo que espero que aclare tanta confusión. Esta filosofía sobre la educación de las niñas, niños y adolescentes,  llega desde EEUU de la mano de  Lynn Lott y Jane Nelsen, donde el nombre de Disciplina Positiva no ha generado tanta confusión como entre nosotros. Se basa en los principios defendidos por Alfred Adler y Rudolf Dreikurs. Cuya piedra fundamental es la del Respeto en ambas direcciones.  Y cuando hablamos de respetar al niño nos referimos a tener presente que estamos ante un ser  único y especial, con necesidades particulares y a veces singulares. Y cuando hablamos de respeto a los padres, estamos refiriéndonos a que es necesario conocer nuestros límites y hacerlos valer   cuidándonos adecuadamente para que la tarea de ser madres y padres no nos abrume. No es una estrategia a corto plazo. 


Es una visión de futuro, de cómo queremos que sean nuestros hijos (felices, responsables, afectuosos, sanos, creativos, etc), que se basa en la Motivación, no en los premios y castigos.  La Disciplina Positiva defiende que los niños necesitan sentir que pertenecen y que son importantes en sus familias, en su comunidad, en la sociedad. Como defiende la dignidad de las personas y del  niño en particular, utiliza herramientas amables pero firmes. Y hace de los errores una fuente de aprendizaje, donde lo importante es enfocarse en las soluciones.
Como los niños no vienen con instrucciones y las habilidades de crianza efectivas se aprenden, Lott y Nelsen vieron la necesidad de formar a facilitadores que entrenaran  a los padres y también a los educadores en el arte de educar.

Los talleres se enfocan en cuatro componentes:

-   Una actividad para romper el hielo y hacer que el taller sea más distendido
-   Información sobre la crianza, sobre la filosofía y herramientas que se utilizan
-   Actividades vivenciales que nos acerquen a las experiencias e interpretaciones que hace el niño sobre lo que le sucede
 -  Padres ayudando a padres, espacio donde las madres y padres ofrecen soluciones a dificultades que tienen otros padres y madres.


El formato inicial es de seis talleres, que pueden ampliarse  a petición de los padres. Pero la invitación es que os acerquéis al primer taller, para conocer esta manera de educar. (Más información e inscripciones en el 618. 283. 314)


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